Prólogo a la 2nda edición
A. "Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro, y […] aun el peor dotado es susceptible, al modo de las tierras pobres, pero bien cultivadas y abonadas1, de rendir copiosa mies2."
B. "¡Ojalá que este humilde folleto que dirigimos a la juventud estudiosa sirva para fortalecer la afición a las tareas del laboratorio [y] alentar las esperanzas [...] de los creyentes en nuestro renacimiento intelectual y científico!"
Capítulo I. Consideraciones sobre los métodos generales
C. "Las principales fuentes de conocimiento son: la observación, la experimentación y el razonamiento inductivo y deductivo. Obvio fuera insistir sobre tan notorias verdades. Me limitaré a recordar que en las ciencias naturales han sido ya, desde hace una centuria3, definitivamente abandonados los principios apriorísticos, la intuición, la inspiración y el dogmatismo."
D. "Ante los fenómenos que desfilan por los órganos sensoriales, la actividad del intelecto sólo puede ser verdaderamente útil y fecunda reduciéndose modestamente a observarlos, describirlos, compararlos y clasificarlos, según analogías y diferencias, para llegar después, por inducción, al conocimiento de sus condiciones determinantes y leyes empíricas."
E. "A la voluntad, más que a la inteligencia, se enderezan nuestros consejos, porque tenemos la convicción de que aquélla, [...] es tan educable como ésta, y creemos además que toda obra grande, en arte como en ciencia, es el resultado de una gran pasión puesta al servicio de una gran idea."
Capítulo II. Preocupaciones enervadoras del principiante
F. "En general, puede afirmarse que no hay cuestiones agotadas, sino hombres agotados en las cuestiones. Esquilmado para un sabio4 el terreno, muéstrase fecundo para otro. Un talento de refresco, llegado sin perjuicio al análisis de un asunto, siempre hallará un aspecto nuevo, algo de que no se percataron5 quienes creyeron definitivamente apurado aquel estudio. Tan fragmentario es nuestro saber, que aun en los temas más prolijamente explorados surgen a lo mejor insólitos hallazgos6."
G. "Cultivemos la ciencia por sí misma, sin considerar por el momento las aplicaciones. Estas llegan siempre, a veces tardan años, a veces, siglos. Poco importa que una verdad científica sea aprovechada por nuestros hijos o por nuestros nietos. […] Aun cuando no fuera posible poner al servicio de nuestra comodidad y provecho ciertas conquistas científicas, siempre quedaría una utilidad positiva: la noble satisfacción de nuestra curiosidad satisfecha y la fruición incomparable causada en el ánimo por el sentimiento de nuestro poder ante la dificultad."
H. "Las deficiencias de la aptitud nativa son compensables mediante un exceso de trabajo y de atención. Cabría afirmar que el trabajo sustituye al talento, o mejor dicho, crea el talento. […] No olvidemos que por la lectura y meditación de las obras maestras7 todo hombre es dueño de asimilarse una gran parte del ingenio8 que las creó."
Capítulo III. Cualidades de orden moral que debe poseer el investigador
I. “Las cualidades indispensables al cultivador de la investigación9 son: la independencia mental, la curiosidad intelectual, la perseverancia en el trabajo, la religión de la patria y el amor a la gloria.
De atributos intelectuales no hay que hablar, pues damos por supuesto que el aficionado a las tareas del laboratorio goza de un regular entendimiento, de no despreciable imaginación, y sobre todo de esa armónica ponderación de facultades que vale mucho más que el talento brillante, pero irregular y desequilibrado."
Capítulo IX. El investigador como maestro
J. "La más pura gloria del maestro consiste, no en formar discípulos que le sigan, sino en formar sabios que le superen. El ideal supremo fuera crear espíritus absolutamente nuevos, órganos únicos, a ser posible, en la máquina del progreso."
Santiago Ramán y Cajal, Reglas y consejos sobre investigación científica: los tónicos de la voluntad, 1899.
1. Cultivado y abonado: cultivé et enrichi en engrais, fertilisé. 2. Rendir copiosa mies: donner/produire une récolte abondante. 3. Una centuria = un siglo: un siècle. 4. Un sabio: un savant. 5. Percartarse = darse cuenta. 6. Los hallazgos: les trouvailles. 7. Las obras maestras: les chefs d’œuvres. 8. El ingenio: l'ingéniosité, l'esprit, l'intelligence. 9. La investigación: la recherche.
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